El despertar de una industria inactiva de la economía azul: La maricultura de algas en Belice

Autor: Alex Sanchiz.

Actualmente, los estados insulares y los países dotados de importantes recursos marinos se encuentran explorando vías para ampliar y diversificar sus economías. La vasta extensión de su espacio oceánico emerge como una frontera prometedora para un crecimiento económico sustancial a través de nichos dentro de su dominio marino que van más allá de las actividades tradicionales. Este esfuerzo concertado refleja el reconocimiento del potencial sin explotar que reside en sus territorios marítimos y que presenta posibilidades innovadoras para el desarrollo económico sostenible y la resiliencia frente a la evolución de los retos mundiales. La exploración de nuevas vías económicas en estas zonas oceánicas no sólo promete crecimiento, sino que también subraya la importancia de la gestión medioambiental, garantizando la utilización responsable y sostenible de los recursos marinos para aprovechar las oportunidades actuales en beneficio de las generaciones presentes y futuras.

Una de esas oportunidades ha cobrado importancia en los últimos años y se trata de desarrollo de la industria de la acuicultura, en particular la maricultura de algas marinas. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las especies extractivas (aquellas que utilizan la materia orgánica e inorgánica y los subproductos de otras especies para su propio crecimiento), representan una industria masiva y diversa en todo el mundo, con un valor de 11.700 millones de dólares anuales sólo en algas cultivadas; un “gigante dormido” de la Economía Azul.

Las ventajas de la maricultura de algas marinas

Esta industria se ha revelado como un recurso muy prometedor debido a su notable adaptabilidad, su breve periodo de desarrollo y su carácter sostenible, lo que supone un avance significativo para hacer frente a las posibles crisis de recursos. Sin embargo, su práctica se limita a unos pocos países, en comparación con otras especies acuáticas que se cultivan en todo el mundo: aunque la producción mundial fue aportada por 54 países/territorios, la mayoría de ellos se encuentran en el continente asiático.

La maricultura de algas está obteniendo reconocimiento internacional por sus múltiples ventajas:

i) Sostenibilidad medioambiental al contribuir al secuestro de carbono durante su crecimiento y la provisión de hábitat para peces y mariscos, mejorando la salud general del ecosistema.

ii) Consumo como alimento rico en nutrientes que contienen vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales. Algunas algas también son ricas en proteínas, ofreciendo una alternativa potencial a las fuentes tradicionales de proteínas.

iii) Generación de fertilizantes orgánicos para reducir la dependencia de fertilizantes sintéticos e importados.

iv) Purificación del agua mediante la absorción del exceso de nutrientes y contaminantes del agua.

v) Nuevas aplicaciones médicas y farmacéuticas gracias a sus propiedades antivirales, antiinflamatorias y antioxidantes (por ejemplo, los extractos de algas marinas, como los alginatos y los carragenatos, se utilizan en diversas industrias, como la cosmética o la farmacéutica, por sus propiedades espesantes y gelificantes).

vii) Producción de bioenergía, como biogás y biocombustible, que proporcionan una fuente de energía renovable y potencialmente neutra en carbono, lo cual sostiene los esfuerzos de mitigación del cambio climático.

Belice toma la delantera

Belice se está posicionando como pionero en prácticas sostenibles de cultivo de algas marinas en América Latina y el Caribe (ALC). Los pequeños productores, como Turneffe Fishers, la Asociación de Mujeres Cultivadoras de Algas Marinas de Belice y la Cooperativa de Placencia, llevan más de 40 años cultivando algas rojas autóctonas comestibles. Han allanado el camino de la industria nacional y han establecido granjas frente a la costa de Placencia y dentro de la Reserva Marina del Atolón Turneffe. El mercado internacional de algas marinas producidas en Belice es una industria multimillonaria con una tasa de crecimiento anual del 9-10%.

Adoptando un enfoque comunitario, Belice ha empleado sistemas flotantes y sumergibles para la maricultura de algas marinas, ofreciendo una oportunidad para que el país aumente significativamente la producción y aproveche el mercado de exportación a través de los beneficios sociales, económicos y ecológicos que proporcionan las granjas. El compromiso del gobierno queda patente en el Plan de Economía Marítima de Belice de 2021 (BMEP, por sus siglas en inglés), en el que se esbozan estrategias para mejorar la calidad del producto y obtener reconocimiento internacional.

Eucheuma isiforme secándose en Little Water Caye, Belize. Crédito: Wilbur Dubon

Más allá de la sostenibilidad de las algas marinas

De acuerdo con los objetivos de fomentar el desarrollo y la sostenibilidad de la industria, el Banco Interamericano de Desarrollo, a través del Mecanismo de Asociación para Competir en el Caribe (MCPC), ha estado ayudando al Gobierno de Belice a desarrollar el cultivo sostenible de algas marinas, en colaboración con The Nature Conservancy (TNC) y el Servicio de Desarrollo del Comercio y la Inversión de Belice (BELTRAIDE). El proyecto pretende aumentar la competitividad del sector, apoyar el empleo de los pescadores y empoderar a sus mujeres y a otros grupos de las comunidades pesqueras que se están viendo desplazados por los efectos del cambio climático.

Cultivo de Gracilaria crassissima en Little Water Caye. Photo credit: Wilbur Dubon/TNC

El proyecto está contribuyendo a fomentar el desarrollo de la industria de la maricultura de algas marinas de Belice mediante la capacitación de las comunidades a través de la creación de capacidades e intercambio de conocimientos, y el desarrollo de un plan de financiación de la maricultura que está en marcha. Esto apoyará los esfuerzos nacionales para atraer capital para el desarrollo de la industria de algas marinas, mantener la alta calidad del producto a través de certificaciones como el Consejo de Administración de la Acuicultura y el Consejo de Administración Marina (ASC-MSC), Amigos del Mar, o USDA Certified Organic, y garantizar el uso eficaz de los canales para llegar a los mercados internacionales.

En conclusión, la emergente industria de las algas marinas no sólo aborda retos medioambientales, nutricionales y económicos, sino que también se posiciona como un actor crucial en el futuro sostenible de la agricultura, la energía y la industria para Belice y otras naciones de la región de América Latina y el Caribe. A medida que avanzan la investigación y el desarrollo en este campo, los beneficios polifacéticos de las algas marinas subrayan su importancia en la configuración de un futuro sostenible.

Fuente:blogs.iadb.org

También te podría gustar...

× CONSULTE