Etiquetado de alimentos

La FAO promueve el etiquetado de los alimentos como una herramienta eficaz para proteger la salud de los consumidores en materia de inocuidad alimentaria y nutrición. El etiquetado de los alimentos aporta información sobre la identidad y contenido del producto, y sobre cómo manipularlo, prepararlo y consumirlo de manera inocua. Con el aumento del comercio mundial y la desaparición del modelo tradicional de relación cara a cara entre productores de alimentos y los consumidores, existe una mayor necesidad de crear etiquetas alimentarias que puedan ser confiables y que no resulten engañosas.

¿Qué es el etiquetado de los alimentos?

Es la información presentada en los productos alimentarios y resulta uno de los medios más importantes y directos para transmitir información al consumidor sobre los ingredientes, la calidad o el valor nutricional. La definición internacionalmente aceptada de etiqueta alimentaria es cualquier marbete, rótulo, marca, imagen u otra materia descriptiva o gráfica, que se haya escrito, impreso, estarcido, marcado, marcado en relieve o en huecograbado o adherido al envase de un alimento o a un producto alimentario. Esta información también puede acompañar al alimento o mostrarse cerca de éste para promocionar su venta.

Normas internacionales para el etiquetado de los alimentos

En 2014, en la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2), los gobiernos afirmaron que “es necesario potenciar el papel de los consumidores mediante información y educación sobre salud y nutrición mejoradas y basadas en datos objetivos para hacer posible la adopción de decisiones informadas sobre el consumo de productos alimenticios a fin de seguir prácticas alimentarias saludables».

La FAO colabora con la OMS para asesorar a la Comisión del Codex Alimentarius sobre cuestiones técnicas y normativas relacionadas con el etiquetado de los alimentos, así como sobre el propio trabajo de la Organización. El Comité del Codex sobre Etiquetado de los Alimentos (CCFL) es el órgano subsidiario del Codex encargado de establecer las normas y directrices sobre el etiquetado para todos los alimentos y la Norma general para el etiquetado de los alimentos preenvasados (CXS 1-1985) es el instrumento clave del Codex para proporcionar al consumidor información sobre los alimentos. Los países utilizan la norma del Codex como referencia a efectos de armonización y como base para nuevas políticas de etiquetado de los alimentos.

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Uno de los principales motivos del etiquetado nutricional es el aumento de la prevalencia de las enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta, ya que puede tratarse de un instrumento eficaz para ayudar a los consumidores a elegir alimentos saludables. Para aprovechar al máximo el potencial de las etiquetas nutricionales y las declaraciones de propiedades saludables para mejorar la salud pública, es importante reconocer que el uso adecuado de las etiquetas requiere campañas de sensibilización y programas educativos para ayudar a los consumidores a comprenderlas y utilizarlas. Las directrices del Codex Alimentarius recomiendan los siguientes tipos de etiquetado nutricional: declaración de nutrientes, valores de referencia de nutrientes, declaración cuantitativa de ingredientes (QUID, por sus siglas en inglés), declaraciones de propiedades nutricionales y saludables.

Los fabricantes de alimentos utilizan el marcado de la fecha para informar a los operadores posteriores de la cadena alimentaria sobre la vida útil adecuada de un alimento. El Codex Alimentarius proporciona orientación sobre dos fechas clave: la «fecha de consumo preferente» y la “fecha límite de utilización» o «fecha de caducidad».

El marcado de la fecha en las etiquetas también está relacionado con el desperdicio de alimentos: un estudio realizado por la Comisión Europea estimó que el marcado de la fecha está relacionado con aproximadamente un 10% del total de los alimentos desperdiciados en la UE. El desperdicio de alimentos puede ser consecuencia de una interpretación errónea del consumidor o de la forma en que los operadores de las empresas alimentarias y los organismos reguladores utilizan las marcas de fecha. Educar a todas las partes interesadas de la cadena de suministro sobre la diferencia entre «Consumo preferente antes de…» o «Consumir antes de…» y «Consumir antes de…» o «Expira el…» puede ayudar a prevenir y reducir el desperdicio de alimentos.

En respuesta a los elevados niveles de desperdicio de alimentos, muchos países han establecido sistemas de recuperación y redistribución de alimentos. Algunas de las operaciones relacionadas dependen en gran medida de las marcas de fecha de las etiquetas que permiten obtener («recuperar») alimentos cuya fecha de “consumo preferente” pasó. En los países en los que la legislación alimentaria así lo permite, dichos alimentos pueden “redistribuirse” para su consumo, ya que no afectan a la salud humana, incluso si se consumen después de esa fecha.

Uno de los principales objetivos de una política de etiquetado es evitar que los vendedores de alimentos engañen de manera intencionada a los consumidores con información falsa en los envases. El sector pesquero es especialmente vulnerable al fraude, siendo el etiquetado incorrecto malintencionado y la sustitución de especies los tipos de fraudes más habituales. Resulta difícil detectar un etiquetado incorrecto cuando las características morfológicas del pescado no pueden apreciarse y éste es procesado. Avances científicos recientes, como los métodos de identificación molecular, abren la posibilidad de aumentar la transparencia en la cadena de comercialización pesquera y la precisión del etiquetado del pescado, permitiendo a los consumidores tomar decisiones informadas sobre los productos que adquieren.

La FAO reconoce la importancia de ayudar a los países, incluyendo las autoridades gubernamentales, productores de alimentos y consumidores, a comprender el papel dinámico del etiquetado de los alimentos en el sistema alimentario mundial. Junto al Centro de Comercio Internacional (CCI), la FAO trabaja con los países subsaharianos para fortalecer su cadena nacional de suministro de alimentos, centrándose en las pequeñas y medianas empresas agrícolas. Para ello se están llevando a cabo proyectos regionales con el objetivo de asesorar a los agentes de la cadena alimentaria, a los gobiernos y a las entidades del sector privado sobre sistemas adecuados de envasado y etiquetado de alimentos. Esto incluye un programa de capacitación para ayudar a las pequeñas y medianas empresas agrícolas a mejorar la manipulación, envasado, procesado y etiquetado de los productos alimentarios de manera sostenible.

Las etiquetas de Indicación Geográfica (IG), con un valor comercial anual de 50 000 millones de USD, son herramientas legales que vinculan los productos alimentarios a su lugar de origen, proporcionando un beneficio económico, social y medioambiental a las regiones rurales. Estas etiquetas se conceden a productos con características, cualidades o reputación específicas derivadas de su origen geográfico. Vincular los productos alimentarios a su lugar origen por medio de etiquetas preserva la cultura alimentaria y promueve las dietas saludables, contribuyendo de esta forma al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Fuente: www.fao.org

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