Investigadores colombianos desarrollan bolsas plásticas antifúngicas para conservar frutas en mejores condiciones

Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia desarrollaron bolsas plásticas antifúngicas que pueden inhibir en un 80% la acción del hongo, lo que prolonga la vida útil de frutas como el tomate de árbol por dos semanas, sin presentar ningún signo de enfermedad.

El tomate de árbol es una fruta exótica que se cultiva en Colombia, específicamente en zonas de Antioquia, Nariño, Cundinamarca, Caldas y Valle del Cauca. Su producción anual supera las 150 mil toneladas, convirtiéndolo en uno de los cultivos más importantes del país. Sin embargo, este fruto, al igual que muchos otros, enfrenta grandes desafíos, especialmente en términos de conservación y control de enfermedades, como la antracnosis, que puede afectar hasta el 50% de los cultivos.

Ante este problema, Lissette Ariza Corredor, magíster en Ingeniería – Materiales y Procesos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), desarrolló una solución innovadora para prolongar la vida útil de la fruta. Aprovechando las propiedades del ácido láurico, un ácido graso presente en aceites vegetales, en particular en el aceite de coco, Ariza lo ha implementado como un valor agregado en la producción de bolsas plásticas usadas para almacenar frutas.

El ácido láurico tiene propiedades antifúngicas y antihongos que ayudan a detener el crecimiento del hongo Colletotrichum tamarilloi, que ataca especialmente los cultivos de regiones tropicales. Para obtenerlo, se pasó por hidrólisis, un proceso en el que se adiciona aceite de coco y agua en un reactor. Posteriormente, se llevó a cabo un proceso de extrusión para incorporar el ácido láurico en una máquina de polietileno, material base de los empaques, y crear una película en forma de rollo.

La concentración del ácido láurico fue del 5%, es decir, cerca de una cucharadita, y se logró inhibir en un 80% la acción del hongo, lo que permitió alargar la vida del tomate de árbol por dos semanas. En el ensayo, se tomaron tomates de árbol limpios y se les inyectaron cepas del hongo obtenidas del Laboratorio de Fisiología Vegetal del Departamento de Biología, con el fin de evaluar el desempeño del empaque antihongos. También se probó con una concentración del 10%, que mostró los mismos efectos, mientras que con el 3% tuvo menor eficacia.

El desarrollo de estos empaques antihongos es el resultado del trabajo de investigación liderado por los profesores César Sierra y Diego Alzate, de la Facultad de Ciencias de la UNAL. Estos empaques tendrían un impacto positivo en el medio ambiente, ya que reduciría la cantidad de desperdicios y pérdidas de alimentos.

Fuente: enalimentos.lat/

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